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NOTA PERIODÍSTICA/LITERATURA/POESÍA/CONMEMORACIÓN.

Este 18 de enero de 1867, se conmemora el 158° Natalicio del poeta nicaragüense Rubén Darío, símbolo de este país centroamericano, cuyas obras más leídas han sido un verdadero corpus literario de su creación. Representante del modernismo literario, es conocido por adaptar el verso alejandrino a la métrica castellana. Es decir, tomó las bases de escritura del autor francés Alejandro Dumas, lo que se ha visto en algunos de sus poemas más conocidos como «A Margarita Debayle«, «A Roosevelt», «Juventud, divino tesoro», etc. Gran parte de sus creaciones, se basa principalmente en un constante ataque al invasor, en especial la influencia de Estados Unidos sobre el continente hispanoamericano.

De hecho, ha sido el poeta que más trascendencia ha tenido a lo largo de todo el s. XX, cuya influencia en la literatura hablada en español lo ha llevado a ser conocido como el «Príncipe de las Letras Castellanas». Escritor, poeta, periodista y diplomático, Félix Rubén García Sarmiento (su verdadero nombre), nacido en Metapa (renombrada en su honor Ciudad Darío) en 1867, fue criado por sus tíos abuelos Félix y Bernarda, luego de que su madre Rosa Sarmiento, se separara de Manuel, su padre, debido a su alcoholismo, refugiándose posteriormente en la antigua ciudad donde nació su hijo, el futuro poeta nicaragüense.

Pese a la reconciliación de la pareja, debido al nacimiento de la segunda hija de ambos, Rosa Cándida García y a la vez, hermana del poeta que murió a los pocos días, la unión se rompió definitivamente, lo que llevó a Rosa a trasladarse a León, una de las principales ciudades de Nicaragua. En tanto el pequeño Félix crecía, devoraba a placer cuanto libro caía por sus manos. Sus lecturas más recurrentes eran «El Quijote de la Mancha», de Cervantes, las obras de Leandro Fernández de Moratín, La Biblia, «Las mil y una noches» de la tradición árabe medieval, los «Oficios», de Cicerón y «Corinne» («Corina»), de Madame de Staël. Para 1879, nació un poema que hasta hoy se conserva y fue publicado en la ciudad de Rivas en el periódico «El Termómetro», se trata de la elegía «Una lágrima» que publicó poco después de cumplir los 13 años de edad, el año 1880.

A partir de ese minuto, fue conocido como «poeta niño», luego de colaborar con la revista literaria «El Ensayo» en León. En estos primeros versos, sus influencias fueron los autores españoles José Zorrilla (autor de D. Juan Tenorio), Ramón de Campoamor, Gaspar Núñez de Arce y el argentino-hispano Ventura de la Vega. Otro autor que también influyó en su trabajo, fue el francés Víctor Hugo (autor de «Nuestra Señora de París» y «Los Miserables»), del Romanticismo.

También el ecuatoriano Juan Montalvo fue su principal influencia al comienzo de su carrera literaria y a la vez, periodística. A los 14 años, publicó su primer libro «Poesía y artículos en prosa«, que no se daría a conocer hasta el cincuentenario de su deceso. Darío poseía una prodigiosa memoria, gozando a la vez de una creatividad y capacidad retentiva fuera de serie. No por nada, fue invitado a diversas reuniones sociales y actos públicos donde recitaba poesía.

En 1881, se trasladó a Managua a instancia de algunos políticos liberales, quienes acordaron que debía educarse en Europa aprovechando el erario público del país y más aún, considerando su talento poético. No obstante, el tono anticlerical del poeta no convenció al Presidente del Congreso de esa época, Pedro Chamorro y Alfaro. Ante ello, se decidió que el vate estudiaría en Granada en lugar de ir a Europa, pero lejos de eso, Darío prefirió continuar con su trabajo periodístico en Managua colaborando para los medios «El Ferrocarril» y «El Porvenir de Nicaragua», trasladándose hacia El Salvador al año siguiente.

A su llegada al vecino país en un barco que zarpó desde el puerto de Corinto, fue recibido por el Mandatario de la época, Rafael Zaldívar luego de que el poeta Francisco Gavidia lo presentara ante éste a poco de conocerse. Gavidia era un experto conocedor de la poesía francesa, lo que le llevó a desarrollar su influencia posterior. El Presidente Zaldívar lo acogió inmediatamente, auspiciando su trabajo a la vez que el joven Darío llevó una vida social intensísima, participando a la vez en festejos de gran envergadura como la conmemoración del Centenario de Simón Bolívar, que fue abierto con la recitación de un poema de su autoría. Así, tras varias penalidades económicas y enfermar de viruela, aprovechando que aún estaba convaleciente, regresó a su país.

Poco después, encontró trabajo en la Biblioteca Nacional de Managua, luego de haber pasado por Granada y León previamente donde residió un tiempo, al mismo tiempo que reinició su contacto amoroso con Rosario Murillo. Tras pasar una serie de desventuras en Managua, sobre todo su país que consideró aburrido, el poeta Juan José Cañas (autor del Himno Nacional de El Salvador), le aconsejó embarcarse a Chile. Se dirigió al país sudamericano el 5 de junio de 1886.

Ya en el país tras recalar en el Puerto de Valparaíso, y ya con las recomendaciones obtenidas desde Managua, Darío recibió la protección de los poetas Eduardo de la Barra y Eduardo Poirier, creando con este último la novela «Emelina» que no ganó en el concurso literario que se desarrollaba por aquella época. Del mismo modo, el poeta encontró trabajo en el diario «La Época» de Santiago desde julio de 1886 gracias a la amistad con Poirier.

De la misma manera, Darío vivió precariamente a lo largo de toda su etapa chilena, soportando continuas humillaciones por parte de la aristocracia que lo despreciaba debido a su refinamiento escaso. Aún así, uno de sus mejores amigos fue Pedro Balmaceda Toro, hijo del Presidente José Manuel Balmaceda y Manuel Rodríguez Mendoza a quien Darío dedicó el libro de poemas Abrojos el cual apareció en marzo de 1887. Al volver a Santiago, dado que en ese minuto estaba en Valparaíso, el poeta encontró trabajo en el diario «El Heraldo», con el que colaboró entre febrero y abril de 1888.

A su vez en la ciudad portuaria, apareció finalmente el libro «Azul» cuya obra cumbre dio inicio a la revolución literaria modernista. La obra recopilaba gran parte de los escritos originados en la prensa chilena entre 1886-1888. Si bien esta no fue un éxito literario en sí, fue acogido por el crítico español y novelista Juan Valera, quien le envió dos cartas al nicaragüense a través del diario «El Imparcial» de Madrid, donde también le reprochó sus influencias francesas de las cuales hacía uso excesivo, calificando su trabajo como «galicismo mental». Además, Valera dijo de Darío que (de acuerdo a la referencia que hizo de aquel afrancesado formato literario), que reconocía «a un prosista y un poeta de talento».

Por ende, dichas cartas en referencia al poeta, que fueron difundidas en la prensa chilena y de otros países de Hispanoamérica, consagraron definitivamente al autor nicaragüense.

Y hoy, desde su Nicaragua natal, los homenajes a este gran vate latinoamericano suenan por doquier, precisamente y aprovechando nuestra cercanía y amistad con la estación de dicho país, TN8, queremos dar a conocer algunos datos no menos importantes a propósito del homenaje en grande que desde Managua y varios puntos del país se está realizando: las autoridades de esta nación centroamericana honraron este sábado a Rubén Darío principalmente con una ofrenda floral de carácter solemne, lo que dio inicio a varias actividades en honor al denominado «Padre del Modernismo». Ello estuvo acompañado a lo largo de esta jornada de fin de semana, de recitales, serenatas, bailes, declamaciones y colocación de ofrendas florales en el monumento contiguo a la Plaza de la Revolución.

En ese contexto, las autoridades de la Policía Nacional, Ejército de Nicaragua, Ministerio del Interior de dicho país, la Asamblea Nacional, la Magistratura y la Alcaldía de Managua, se sumaron a este no menos importante homenaje. Como reiteramos, Rubén Darío celebró a contar de este sábado, día-D de su natalicio, de gran importancia para el país y la cultura de éste, lo que además ha recogido varios testimonios, entre ellos, el del 1er Comisionado Gral. Francisco Díaz Madriz, Director General de la Policía Nacional de Nicaragua, quien mencionó a propósito de la asistencia de efectivos policiales del país a dicho homenaje:

«Nos sentimos orgullosos, llenos de energía; rendimos homenaje por su grandeza universal y sus pensamientos antiimperialistas. Honor y Gloria a nuestro poeta universal«.

Además, el Comandante Ramón Landero, Director Gral. de la Dirección de Bomberos de Nicaragua, manifestó que «Darío continúa brillando, continúa trascendiendo fronteras, continúa elevando con orgullo la bandera de la paz y el amor». Se sumaron a dichos honores, el Ministerio del Interior, sumándose la participación de la Jueza Debony Madebys quien declamó uno de los poemas del vate en idioma miskita, nativo del país, señalando incluso que «nosotros, de la Costa Caribe, somos parte de esa Patria Grande que Rubén Darío soñó. Este es su legado».

No por nada, el legado de Rubén Darío sigue vigente a lo largo de toda la literatura nicaragüense e hispanoamericana. Con una multiplicidad de oficios dedicados a las letras, su amor por la patria le llevó sin lugar a dudas, a trascender fronteras. Y no sólo eso: Darío promovió además la unidad en el continente, cuyas obras hasta hoy siguen presentes en el alma de Nicaragua, que lo consideran un verdadero tesoro nacional de la literatura en español.

Desde Chile y nuestra comuna, Nueva Imperial, también le rendimos nuestro propio homenaje a través de este medio, al «Príncipe de las Letras Castellanas», que alguna vez fue parte de la cultura de nuestro país, desarrollando su labor literaria y periodística, donde además nació su inmortal obra «Azul» que hasta hoy forma parte del canon de toda su obra, y los poemas que también han encandilado su propia creación y su fama presente en la memoria y el corazón de muchos nicaragüenses, como también de los lectores latinoamericanos.

Rubén Darío es por tanto, un verdadero símbolo de Nicaragua y vate de la libertad hispanoamericana, lo que ha asegurado además, la identidad del país junto a gran parte de su obra lírica.

A continuación, los dejamos con el siguiente video en homenaje a su memoria y creado por nuestro medio asociado, TN8:

https://www.facebook.com/Tn8Nicaragua/videos/54834583487492