
Después de 53 años de dominio dictatorial, el régimen de la familia Al-Assad, el cual gobernó Siria desde 1971, se desplomó este domingo a manos de los insurgentes, en su mayoría islamistas liderados por el Organismo de Liberación del Levante (Hayat Tahrir al Sham o HTS, en árabe), que tomaron Damasco con poca resistencia luego de 12 días de ofensiva.
El derrocado mandatario Bashar al-Assad, huyó del país en un avión “especial», de acuerdo a datos otorgados por la ONG «Observatorio Sirio de Derechos Humanos», desconociéndose su paradero, mientras el Mando de Operaciones Militares perteneciente a la coalición de islamistas y proturcos responsables de su caída, proclamaba Damasco “libre del tirano Bashar al-Assad”.
Respecto de lo anterior, el Ministerio de Relaciones Exteriores de Rusia, mencionó a través de un comunicado que Al-Assad abandonó el país tras negociar con participantes del conflicto armado. Desde Amnistía Internacional (AI) declararon que bajo el régimen del derrocado mandatario y de su padre Hafez Al-Assad, los sirios sufrieron varias violaciones a los derechos humanos, incluyendo ataques con armas químicas, barriles explosivos y otros crímenes de guerra.
De hecho su Secretaria General Agnès Callamard, confirmó desde la organización que «los sirios pueden vivir tranquilos», algo que ha manifestado una gran euforia en varios países de Europa, donde la diáspora siria repartida por varios países, entre ellos Grecia y Alemania, se manifestaron a lo grande tras la caída de una dinastía que por años ha sacudido el poder y ha impuesto su totalitarismo en la nación. ¿Donde está Al-Assad? hasta ahora se desconoce su paradero, pero según señalan, huyó del país en un avión privado, dando instrucciones a sus ministros a fin de negociar la salida pacífica del poder.
De ello cabe destacar que el hijo del mandamás sirio gobernó durante 24 años con mano de hierro, sucediendo a su padre desde 2000, mientras que con el tiempo, ya en 2011, Siria ha vivido una guerra civil que se ha extendido por largos años, luego de 12 días de socavamiento gubernamental. Cabe señalar incluso, que al iniciar la noche, sucedieron diferentes tiroteos y explosiones en la capital siria, Damasco. Posteriormente, Desde el canal Al-Jazeera, informaron horas después que los insurgentes entraron en los principales estudios de radio y televisión presentes en la ciudad.
De igual modo, desde este mismo medio refirieron que los soldados y los militares presentes en el Ministerio de Defensa sirio se retiraron, cuya práctica se ha repetido en varias ocasiones en los doce días de recrudecimiento del conflicto. Por lo mismo, diversos residentes salieron a las calles para celebrar la caída del régimen de Al Assad. Por su parte, los rebeldes sirios, predicaron que «se abre una nueva era para Siria», luego de más de 50 años de baazismo, instando además a aquellos habitantes que huyeron del país tras el conflicto, que vuelvan a la «Siria libre».
A su vez, el Primer Ministro sirio Mohammad Al-Jalafi, ha instado a los rebeldes y a la oposición a «pensar en el país», aprovechando de «extenderles la mano» que según sus palabras «no se dañará a nadie que «pertenezca» al país». De allí se elaboró un mensaje, que fue acompañado de música revolucionaria y patriótica, que declaraba la “victoria de la gran revolución siria y el derrocamiento del régimen criminal de Assad”. La televisión estatal en tanto, emitió el siguiente mensaje:
“Llamamos al gran pueblo sirio a proteger las propiedades públicas y privadas”.
Incluso se vio a rebeldes sirios saqueando y recorriendo las residencias del ahora ex-Presidente Assad en Damasco. Incluso, mientras los niños corrían a la entrada del palacio presidencial Al-Rawda de Assad, se observó a un grupo de hombres que salían con muebles, según se mostró en un video publicado por un medio internacional. Además, un hombre armado fue visto portando un rifle en el palacio.
De paso, se publicó otro video por redes sociales, el cual mostró los pasillos de lo que pudo ser otra residencia en Damasco, con hombres y mujeres celebrando: «¡Este es el dinero del pueblo!”, se escuchó gritar jubilosamente a un hombre que estaba allí. Mientras tanto en Damasco, resonaron miles disparos de júbilo así como plegarias religiosas en los altavoces de las mezquitas, mientras que en Estambul, centenares de sirios se congregaron frente a la Gran Mezquita del Barrio de Fatih en medio de una fuerte lluvia, cuyos manifestantes pudieron desafiar.
Aparte, decenas de personas acudieron a la Plaza de los Omeyas, donde celebraron la caída del Clan Al-Assad luego de más de medio siglo en el poder, cuyo país se hayaba dividido por la guerra civil. Incluso, en otra céntrica plaza de Damasco, sonaron gritos de «Allahu Akbar» («Dios es el más grande»), decenas de habitantes derribaron una estatua de Hafez al-Asad, padre de Bashar, y la pisotearon. Además, fue vandalizada una propaganda de Bashar-Al Assad por los insurgentes rebelde ubicada en un edificio público de la capital siria.
Es así que con todos estos hechos que finalmente pusieron fin a este régimen totalitario que ya llevaba poco más de sus bodas de oro, se abrió un nuevo panorama político y social en toda Siria, poniendo fin a la sangrienta dinastía Al-Assad, que como sabemos, se cobró la vida de muchas víctimas en la nación, mientras Turquía apoya a los grupos rebeldes que pudieron sacar a Bashar Al-Assad luego de varios años de terror, cuyo hecho hoy es celebrado por sirios tanto dentro como fuera del territorio.
Tras los hechos, se declaró toque de queda en el país.