
Como era de esperarse, y según lo observado en tanto se fue armando el proceso eleccionario que esta vez pondría al frente de las urnas a dos de los principales candidatos a la Presidencia de Estados Unidos, el republicano Donald Trump se impuso con creces ante su rival demócrata, Kamala Harris que de igual manera, buscaba un lugar en la Casa Blanca, algo que sencillamente no ocurrió, ya que el magnate americano y otrora promotor de televentas supo conquistar el alma y el sentir de muchos de sus compatriotas, ya que uno de los puntos principales en los que enfocó su campaña, fue a través del movimiento MAGA (Make America Great Again, por sus siglas en inglés), en la que apuntó a dos ejes centrales: los medios económicos y la inseguridad, momento en que según señaló un autor, el impacto que Trump dejará en los Partidos Republicano y Demócrata será duradero a lo largo del tiempo que dure su gobierno. Ello además, podrá afectar al resto del mundo dependiendo de lo que el multimillonario reconvertido en Jefe de Estado de la nación americana quiera establecer.
Otro de los factores que llevó a que se reimplantara la era Trump en Estados Unidos, fue la desaprobación de un 66% en cuanto al manejo de la economía del país. A ello se suma un aumento de la inseguridad en zonas clave de este por la inmigración ilegal, especialmente de mexicanos y países de Centroamérica que aún no cuentan con sus documentos regulados debidamente, los conflictos bélicos que a la postre han generado un alto costo a la nación y que además ha llevado a un involucramiento militar significativo.
De paso sea dicho, para el Partido Demócrata esto no es raro ya que todo apuntaba a que Trump efectivamente podía ganar. Incluso sus mismos seguidores han quedado de una pieza al ver los resultados en el último proceso eleccionario. Se suma además a ello que el desempeño de su rival demócrata, Kamala Harris ha sido de bajo perfil, y pese al empate que ambos presentaron durante la contienda electoral, Trump se le impuso con creces sabiendo articular ciertas maniobras que lo llevarían por delante de su joven rival. Lo cierto es que Trump, con una habilidad indiscutible en los negocios, ha sabido cómo enfrentar posibles reveses económicos identificándolos a tiempo y manteniendo en pie la economía del país norteamericano.
Por ello queda claramente evidenciado que la razón de la victoria de Trump es sin lugar a dudas, el énfasis en la seguridad y la economía de la nación. Por ello, para los electores son temas cruciales que deben ser resueltos a tiempo. Cabe mencionar que en uno de los últimos debates que tuvieron de manera previa a las elecciones, Harris tuvo en un comienzo mejor desempeño que su rival republicano, pero éste anotó dos puntos a su favor como si se tratara de una jugada maestra en el básquetbol a la hora de encestar, donde mencionó el denominado fracking que alude a la explotación de pozos petroleros dentro del territorio, lo que se sabe que beneficia a las economías de diversos estados como Pennsylvania, que electoralmente es de suma relevancia y considerado un enorme aporte a la economía americana. Otros temas que igual han dado que hablar han sido las polémicas aseveraciones del hoy reelecto mandatario sobre la inmigración o si se avanzó en el desempeño que el ala demócrata tuvo al momento de detener el proceso migratorio (ilegal en muchos casos), siendo considerado bajo.
El caso es que según afirman fuentes recientes, Trump pudo haber perdido las elecciones presidenciales de 2020 debido al Coronavirus, que golpeó al mismo tiempo a la economía estadounidense. Otro de los motivos que le dan dado nuevamente voz a Trump, ha sido la representación del ciudadano común, de la artista musical Taylor Swift, los influencers y el ambiente de Hollywood que hoy en día no son motivos para ganar las elecciones. Hoy el país está más centrado en temas más concretos como la seguridad y la economía, por lo que es más efectivo ver a un Trump friendo papas en McDonald’s que cualquier otro tema que puede requerir más estudio, como las áreas humanistas o de pensamiento, incluso de artes liberales, o el reconocimiento de las culturas originarias americanas, los valores centrados en la mujer y su desarrollo personal, que sencillamente no se cuentan como motivos eficaces para este proceso eleccionario. A partir de allí como reiteramos, lo central de la vida estadounidense en estos momentos son la economía y la seguridad.
Aparte, todo lo que tiene que ver con el ambiente de Netflix, centrado en la adquisición de películas vía Internet, la jubilación de los Obama, olvidar a las estrellas musicales del pop, de Hollywood, los hipsters y ratones de biblioteca de Silicon Valley, el ámbito estudiantil de universidades como Berkeley y Stanford, deben ser sí o sí permutados y hasta distinguidos del mundo ciudadano común, priorizando la recuperación de la clase media tradicional americana, siendo este uno de los horizontes al que apunta la nueva era Trump que ha recuperado su poderío en Estados Unidos.
De este modo y con todos los cambios que Trump planea hacer dentro y fuera de su país, ya al terminar su segundo mandato, quizás sea el Presidente que deje una huella marcada y duradera desde comienzos del siglo XXI, desplazando el legado que alguna vez dejaron sus antecesores como Reagan, Kennedy, Johnson y Roosevelt. Pues todo depende de cómo se configurará hoy en día el porvenir de la historia americana. El resultado final marcó un total de 277 votos para Trump (50,9%), rebasando con creces a Harris que obtuvo un total de 226 votos (47,6%).
Sin duda una victoria aplastante que favoreció al republicano, y que fue seguida por millones de espectadores en todo el mundo.